No soy la única, estamos abarrotados de información, que por cierto nunca nadie puede confirmar ni desmentir en un 100%, cuando ni lo que tenemos en nuestras narices es confiable; particularmente ya mi entendimiento no da para tantos “Análisis” y opiniones.
Estamos inmersos en una anarquía tan absoluta, que ya podemos escuchar las elucubraciones más descabelladas y le damos credibilidad.
Creo que es momento del silencio, si en medio de este caos en el que nos convertimos, no somos capaces de hacer una pausa, vamos a creer y a repetir cualquier locura que leamos.
No es tiempo de escuchar todas las voces, creo que llegó el tiempo de solo revisar los hechos como tales, y como individuos usar nuestros criterios, recurrir a la lógica.
Todo lo demás, es producto del afán, los miedos y las ansiedades te todo aquel que, como yo, se sienta a escribir lo que piensa y siente.
Démosle calma, en medio de lo posible, a nuestro pensamiento, démosle unas vacaciones a nuestras lecturas en redes sociales y dejemos que de nuestro espíritu brote nuestra propia verdad, esa que, en el fondo conocemos, pero nos cuesta aceptar.
Dejemos que cada voz se alce o se silencie si así lo quiere, y dejemos ya de condenar o aplaudir, porque nadie en este momento, absolutamente nadie en VENEZUELA tiene certeza de NADA.
Raquel Medina|@raquelamandam|Periodista|CNP 17.683
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