“No es que diga que eres un idiota, digo que todo
lo que haces no vale la pena”
-Sheldon Cooper-
Tomó su bolígrafo de complacer caprichos
y sus hojas de itinerantes razones para comenzar
a decretar cualquier absurdo de vulnerable entendimiento.
Decretó que jueves y viernes santo serían trasladados a lunes y martes
para que todos los ciudadanos asistieran a los funerales de Mamá Grande.
Así mismo estampó su rúbrica para que los gansos no volaran, pues su ordenado vuelo
generaba inquietud entre sus desordenados acólitos y esto era considerado sabotaje.
Su bolígrafo, adversario del entendimiento, firmó un fortalecedor decreto de liberación
perpetua a las enfrascadas sobre la anarquía y la sindéresis.
Decretó la sequedad de los árboles, la suspensión de los eclipses, el silencio de las luciérnagas,
la imparcialidad de los conceptos y los nacimientos dormidos.
Solo esperamos el día que decrete la resurrección instantánea de las ideas
y el libre tránsito de la razón.
Gerardo Canadell Canga|Profesor Universitario
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