Bajo la tutela de un libro y pretendiendo no hacer nada, transcurre el domingo en un día lleno de presagios de lo que será la semana que empieza entre lirios, barricadas, lunas de papel, sol castigador y posibles alegrías traicionadas por la negativa llegada de una posible angustia.
Lunes, amo y señor de la madrugada, orgulloso e ingenuo, obrero sudoroso o arquitecto de aire acondicionado.
Martes, jinete con lanza procedente de la vieja España conduciendo la gloria.
Miércoles, intermedio de una prolongada película donde los héroes existen y no mueren al final.
Jueves, elegante señor de suspiros rebeldes que disgrega los bosques y se baña en un río.
Viernes, mancebo intranquilo que siembra trigos de oro o visita un café antes de domar la noche.
Sábado, caballero de bolsas plásticas con carteles escritos y las manos tendidas para escalar montañas.
Domingo, padre tutelar de un libro…
Gerardo Canadell Canga|Profesor universitario
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